martes, 23 de septiembre de 2008

Clase de manejo de la risa

Una atípica escuela de conducir me esperaba al terminar mi viaje. Iba atado a la idea de que “Biodrama” tenía que se efectivamente un drama, pensando en que no tenía ganas de que la gente me actúe sus problemas, cuando yo ya tengo suficiente con los míos. Pero todavía no sabía cuan equivocado podía estar.
Cuando llegue a la esquina de Av. Santa Fe y Av. Sarmiento, vi que el cartel de la calle no señalaba numeración para la última. Eso me desconcertó, y me hizo dar vuelta unos minutos hasta que me decidí a preguntarle a un policía.
Una vez en el Teatro Sarmiento saque mi entrada para la obra que se representaba ese día. Yo no había leído nada sobre los “biodramas” y no sabía exactamente con que me iba a encontrar. Es más las pocas personas que estaban sentadas en la sala de espera (dos señoras de mediana edad, una de unos 60 años y un señor mayor) no representaban el público al cual estoy acostumbrado.
Mientras esperaba afuera a que se hicieran las 21hs, una chica, que se presento como la productora de la obra se me acercó a hablarme y me ofreció a presentarme a los actores al finalizar la obra para que pueda charlar con ellos. Lo acepte aunque, sabiendo que no iba a tener mucho que hablar.
Escuela de conducción comenzó a la hora prevista, yo me había acomodado a un asiento en el medió de la platea para tener una buena vista de lo que hacía de escenario, lo cual era una habitación con una mesa en el centro donde dos hombres jugaban al truco y una mujer miraba.
La “Archivos Biodramas” dirigidos por Vivi Tellas, son historias reales contadas por los propios personajes. La obra consta de no-actores, personas que fueron “reclutada” por Tellas para poder contar sus historias. Escuela de conducción nos muestra la vida de tres personas en una escuela de conducción, entre ellos dos profesores de manejo y la única empleada de la escuela que no sabe manejar.
Con un par de sillas y unos pocos elementos más, llevan a la ficción el mundo de sus recuerdos, personales y grupales, articulados de cierta manera en la puesta en escena que uno se conecte con el próximo y no halla nada al azar. Las historias tienen su tinte histórico, el instructivo, el sentimental, pero prevalece el humorístico tratando de contar sus hechos de una forma que sean entretenidos para los espectadores.
Al finalizar la obra hubo una picada con tortilla de papa y milanesas cortadas en trocitos, pan, jamón y naranjas en gajos. Los actores nos invitaron a pasar y a charlar con ellos. A pesar de que la comida estaba rica, no podía quedarme, me tenía que ir, así que decidí retirarme y salir a la oscura y solitaria sarmiento pata escuchara los patos del zoológico.

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