Lapicera y anotador en la mano salgo del aula hacía el lado del auditorio. Me quedo dubitativo unos instantes hasta que decido si bajar por la escalera derecha o la izquierda. Ya abajo veo el centro de fotocopiado cerrado, camino por el pasillo por donde todavía quedan algunas personas estudiando o trabajando, no más de dos por mesa. Llego al ágora y la única agrupación que queda es alianza universitaria, las demás levantaron campamento. Reflexiono y llego a la conclusión de que es viernes y la única razón para que haya gente de alianza es que los viernes juegan al fútbol en las canchas de la universidad.
El ambiente esta fresco y no lleve abrigo, una leve corriente de aire me anticipa que al salir me cagare de frió. Decido ir al bufet del centro de estudiantes de ciencias sociales a tomar un café y seguir con mi crónica. Hoy toca una banda y están preparando los equipos. El Cecs esta concurrido a pesar de la hora, pido un café y busco el azúcar. El café tarda, como siempre, y en ese momento me doy cuenta de que no llevo dinero para pagar el café. Le pido a la chica que me atendió que me espere cinco minutos y corro al aula nuevamente. Mientras corro me doy cuenta de que me lleve la cucharita en la mano.
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